domingo, 4 de julio de 2010

El perdón


Hola princesa, se acaba mi primera semana de vacaciones y sé que me has acompañado cada segundo de ellas, pues seguro las hubiésemos disfrutado juntas.
Hoy he leído que perdonar te hace descansar, bueno sí parte de razón tiene, el perdón es el mejor descanso para seguir viviendo, pero: Quién tiene derecho a destrozar vidas y familias? entonces debemos perdonar?
Yo no sé si tengo fuerza o razón suficiente para perdonar, la inconsciencia, la maldad, la violencia, no sé primi, creo que no estoy en condiciones de perdonar a quien hace el mal, sabiendo que lo está haciendo, a quien quita vidas sabiendo que lo que hace pone en peligro a la gente que es feliz, que va por la carretera tranquila, a cualquiera.
Perdón, perdón pido yo a no poder perdonar a quien te alejó de mi lado, y si, vivo con un peso enorme encima, el peso de no poder hacer nada más que conformarme con que no estés, por qué? tantas y tantas veces sale a relucir mi por qué, tantas y tantas veces sigo pensando en esa persona que te apartó de mi lado.
Me gustaría saber, qué pensaba? por qué iba en dirección contraria? qué pretendía? y si sería consciente de lo que ha hecho, del dolor que ha dejado en dos familias y amigos que seguimos queriendo que volváis y que sabemos que es imposible.
Perdonar, está vez no está en mi mano, está en la tuya, está en la vuestra, está en las personas a las que no ha dejado seguir viviendo en este mundo que no para de girar.
Soy incapaz de tener una explicación razonable para el comportamiento del que mata, del que viola, del delincuente, del maltratador, y mucho menos tengo una explicación para quien te quitó de mi lado.
Hoy miraba el mar, nuestro mar, al que tantas tardes y mañanas hemos ido juntas, el que tantas risas y confidencias nos guardará para siempre, y pensaba: Primi no quiero despedirme de ti, no quiero vivir sin ti y sé que tengo que hacerlo, y sé que algún día dejaré que te vayas, y sé que algún día otra Marta me hará tan feliz como tú y me ayudará a que mi pena se convierta en añoranza y alegría a la vez y cada vez mi llanto irá menguando pero tu hueco nadie lo podrá suplir.

Siempre juntas, siempre primis.