Hola princesa, he estado unos días ausente por motivos varios pero ya estoy aquí, para recordarte que sigo y sigo y tiro y vuelvo a tirar y los dados sacan un número y sigo asumiendo ese número, sin rendirme, actuando lo mejor que sé, haciendo de ti y de mi, dándome tus consejos y pensando que estás muy cerca, como dijo tu madre el día que David nació.
Este fin de semana ha sido la despedida de Martita, mi Martita, la del nene y lo hemos pasado muy muy bien y tengo algo que contarte.
Uno de los momentos más emotivos de la despedida fue cuando le hicimos un juego para la novia, por cierto muy divertido, y el final del mismo, 2h después, tenía que encontrar una sorpresa entre raices, era un anillo que su abuela tenía parecido o algo por el estilo y sabiendo todo lo que Martita ha pasado hasta encontrar a su hombre...bueno no te quiero ni contar los ríos de lágrimas que ella, la madre, la hermana y todas las migas derramaban.
Por mi parte me hice fuerte, estaba feliz de ver a mi amiga feliz, de que por fin hubiese encontrado el amor verdadero, que Mario, a quien conoces, le de el cariño y respeto que toda mujer merece, bueno pues cuando todas ya estaban riendo y ya se les había pasado no lo pude remediar.
Me tuve que ausentara la cocina porque mi único pensamiento en ese momento fue el triunfo del amor entre Christian y tú, y la pena que me daba que un momento como aquel no lo hubiese podido vivir a tu lado, con los planes que habían, de boda, de bebés....ya sabes primi
Eso me sucedió y luego me repuse sin que nadie se diese ni cuenta, estás en cada momento de mi vida y me sigues cuidando como nunca.
Te quiero princesa
Siempre
